jueves, 1 de diciembre de 2011

Llegó diciembre 2011



Diciembre de 2011

Comenzó diciembre, la navidad esta rondando nuestros corazones. El ambiente se siente diferente.
Se escuchan los aguinaldos, las risas traviesas de los niños. Los adultos buscando las recetas
mágicas de navidad. No importa si la vuelven a realizar en otras actividades durante el año, 
es que en navidad saben diferente.

Las casas se ven pintadas, adornadas con luces de colores brillantes
 y tintinean anunciando las fiestas de la época.

Aunque el precio del combustible está muy alto, esto no ha dejado que nuestras casas
sean adornadas con muchas luces y adornos de navidad.
Los árboles, las guirnaldas de luces que cubren nuestras verjas, árboles del patio no pueden faltar.

Ahora tenemos a Santa Claus, Rodolfo, muñecos de nieve que con un compresor en la noche se inflan
y siguen adornando toda la noche.

Da gusto ver las casas adornadas.

Se siente la canela y el jengibre  como aroma  distintiva de que el arroz con dulce está próximo
a terminar de cocinar.  Los vasitos están en la nevera, llenos de majarete
y el rico tembleque. Ya la canela en polvo  los bautizó.

En una de las cocinas están los ricos pasteles de hoja, rellenos con pollo, cerdo y hasta de  pavo
los han confeccionado, manos santas, manos laboriosas.

Los guineitos en escabeche, la ensalada de papa, los tomates frescos y tal vez un aguacate
en la mesa se pondrá.
La champola, los jugos y refrescos nos harán refrescar.
No puede faltar el arroz con gandules, con esa hoja de plátano que le sirve de tapa y el sabor lo transforma.
Aromas de navidad, esos llegan a mi Isla del Encanto
en diciembre y todo el año.

Recibimos tarjetas, de familiares y amigos que por mucho tiempo no
 habíamos podido compartir.
Las manos me tiemblan de pura emoción,
 leer sobre nuestros seres queridos ,
  una lágrima por mi mejilla sentí.

Si voy a recordar mis navidades en la niñez  o hace veinte años a tras
confieso que eran muy distintas a las de ahora.
Para mí no existía otra casa que no fuera la mía.
Digo, la de mis abuelos, con ellos me crié junto a mi adorada mami Luz, mis hermanos, bisabuelos y tíos.
Aunque no lo puedas creer, eramos un familión.
Pero que bien nos sentíamos todos.

Mi abuelo, que varón más recto, temeroso de Dios, lleno de bondad, 
de su boca solo salían palabras de amor.
Mi abuela, dulce y correcta mujer, la disciplina era la base de todo éxito en nuestras vidas.
Luchadora y emprendedora que motivaba a todos con amor. 
Con valores cristianos que a todos nos educó.
Amante de la cocina, pero de la buena cocina.
Mi santa madre, mi mami Luz, dulce, amable, dada a todos sin pensar
 en su propio bienestar.
 Jamás la vi cansada, todo su tiempo era para trabajar en el lugar que la necesitaran.
Sus recetas dejó bien guardadas, le enseñó a  sus nietos para preservarlas por largo tiempo.
Gracias mamita, te extraño mucho, me haces falta.
Entiendo que estás en el mejor lugar, pero soy egoísta, TE EXTRAÑO.

Mis bisabuelos eran bien amorosos. Llegaron a edades como 117 años y 98 años

Mis tíos, jamás le dije tío o tía, porque eramos como hermanos.

La navidad era recibir a todos los familiares en una casa pequeña (para mí un palacio),
 llena del amor de Dios,
 con unos abuelos incansables, (eso pensaba yo), ricos, (eso pensaba yo).
Las familias llegaban con sus parientes más viejos hasta los más chiquitos.
Estábamos preparados desde el amanecer hasta tarde en la noche.
Todo tenía que quedar reluciente, para al otro día disfrutar de nuestra valiosa familia.

Esto se repetía año tras año,
 en Navidad, Año Nuevo, Dia de los Reyes Magos, Dia de las Madres, dia de los Padres.

Hoy es diciembre 1 de 2011 y deseaba compartir contigo.

Gracias por visitarme.

Dulces abrazos, Myrna






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